Thursday, August 31, 2006

la cometa

La fui a buscar a última hora de la tarde, a esa hora que ya casi cierran las tiendas, a esa hora que comienza la diaria despedida. Eran los últimos dias de las vacaciones de aquel verano y yo la esperaba siempre en la esquina cercana a la tienda de su madre, donde vendían unas exquisitas horchatas y una variedad infinita de chucherias. Llegó casi corriendo, era mejor que no nos viesen por que le había contado no se que historia a su madre para que la dejara salir antes. Nos fuimos paseando en bici hasta la playa, a esa hora no había nadie y nos mojamos los pies. Fue entonces cuando ella sacó la cometa y me dijo que si quería aprender a volarla. Desplegó la cometa y empezó a moverla con las dos manos. Me hipnotizó aquel espectáculo, verla sonreir volando su cometa, moviendo los pies sobre el suelo en extrañadanza con el viento, arrastrándose con delicadeza por la arena de la playa, mirando siempre arriba. Mientras, me explicaba como se hacía,como eran los movimientos de las manos, como se aprovechaba el viento, pero yo no entendía ó mas bien no atendía, la miraba y me la imaginaba dueña del viento. De repente, mientras miraba sus pies, la vi despegarse unos centimentros y sonreir y casi gritar con alegria que aquel viento era fuerte, que era una gozada volar así la cometa, y de nuevo se despegaba del suelo y ascendia, se elevaba, y entonces no bajaba, seguía subiendo, la cometa se la llevaba por el aire, por el cielo, sobre el mar. Y yo pensé que aquello era parte del juego, que aquello era parte de la técnica, el fin mismo de volar cometas. Y no volvió, se fue yendo, se fue alejando y aun hoy, cada tarde miro al cielo, esperando que vuelva, que el mismo viento la devuelva a la playa.

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